Nos unimos al pesar por el fallecimiento de Antonia Heredia Herrera, reconocida archivera e historiadora, ocurrido ayer. Su carrera, de un alcance excepcionalmente ilimitado, es testimonio de su incansable dedicación y profundo compromiso con los archivos, los documentos y la archivística.
Licenciada en Historia, realizó su doctorado en Historia de América con una tesis innovadora sobre la renta del azogue (mercurio) en Nueva España durante el siglo XVIII, la cual le significó el reconocimiento de la comunidad académica.
Antonia, trabajó en el Archivo de Indias, donde fue responsable de los fondos de la Audiencia de Filipinas, Audiencia de Quito, Correos Marítimos, Capitanía General de Cuba y Consulados Mercantiles. Posteriormente, desde 1972 a 1995, fue directora del Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla, donde realizó una innovadora gestión, ya que diseñó y dirigió el “Plan de Organización de Archivos Municipales de la provincia de Sevilla”, un proyecto ambicioso que dio como fruto la creación de la colección “Archivos municipales sevillanos”, compuesta por numerosos inventarios de los archivos municipales locales. Además, promovió la creación de la figura profesional de archiveros de zona, ampliando así la red de profesionales dedicados a la gestión de Archivos en la provincia de Sevilla.
Desde 1995 hasta su jubilación, en 2004, Antonia Heredia fue directora del Archivo General de Andalucía. Además, fue esencial su participación en la redacción del texto del Reglamento de Archivos Andaluces del año 2000, y como vocal de la Comisión Andaluza Calificadora de Documentos Administrativos, para establecer estándares de calidad y buenas prácticas en la gestión documental.
Sin duda, uno de sus legados más importantes fue su trabajo teórico, que contribuyó a sentar las bases del pensamiento archivístico contemporáneo. A través de sus numerosas publicaciones, conferencias y seminarios, Antonia Heredia influyó en el desarrollo de normativas y procesos que hoy son fundamentales en la práctica archivística moderna.
Por su excepcional contribución, Antonia Heredia fue galardonada con numerosos premios y distinciones a lo largo de su carrera. Su pasión por la archivística y su compromiso con la profesión continuaron hasta el final de sus días, manteniendo una intensa actividad académica y profesional.
Hoy, en el momento de su partida, su legado sigue vivo en cada documento que ayudó a preservar, en cada archivo que mejoró y en cada profesional a quien formó e inspiró. Su huella será indeleble en el mundo de los archivos y su influencia perdurará por generaciones.